Kate, la mujer sobre la que gira el eje de esta historia podría parecer una mujer como cualquier otra, tan común y corriente que podría perderse fácilmente en el mar de gente en el que se mueve todos los días.
¿Cómo se conocieron?, como todo el mundo se conoce en estos tiempos, sin verse, compartiéndo sólo lo que el otro quiere contar, dandose información de sus vidas a cuenta gotas, de tirabuzón, de a poco, pero me estoy adelantando. Se conocieron por mera coincidencia, ella empezó a admirarlo, desde el primer momento aún sin tener el mínimo contacto con él se sintió profundamente atraída hacía ese personaje que acababa de descubrir.
-No lo sé, ¿por qué?
-Llámame y tal vez podríamos coincidir, así te muestro personalmente la exposición.
-Me encanta la idea, en cuanto pueda ir te llamo.
Pocos días después encontró un pretexto para ir al centro, llamó a Ben apenas podía esconder su nerviosismo y emoción, se pusieron de acuerdo en donde verse, ella como siempre llegó tarde, tardísimo, apenas podrían verse unos minutos, como él estaría ocupado con una entrevista que había pactado para esa tarde Kate decidió entrar a un café cercano para matar el tiempo mientras él la llamaba, entró al café y vio a un hombre que de inmediato llamó su atención se le figuro a Ben, pero no creyó que fuera él, se sentó en una mesa a esperar nerviosamente, pensando en cómo le llamo la atención ese hombre que apenas vio de reojo al entrar al café, en ese instante sonó su teléfono, Ben había terminado ya la entrevista.
-Hola, ¿dónde estás?
-Estoy en el café que esta a una cuadra de la galería.
-Yo también estoy en ese café, dijo Ben sorprendido, ¿dónde estás?
-Estoy sentada en el sillón de respaldo alto, pegado a la pared, dijo Kate.
Unos segundos después aquel hombre guapísimo que vio al entrar al café se le planto enfrente y la saludo ¡era Ben!, de inmediato le pidió que le acompañara a su mesa, no sin antes darle un beso en la mejilla, que la dejó helada, se acerco a su mesa donde sólo estuvieron unos instantes intercambiando frases amables pero con un poco de misterio entre líneas, el tiempo se había esfumado, salieron del café y caminaron hacía la esquina.
-A mí también me encanto verte, aunque fue muy poco tiempo, además no contestaste la pregunta que te hice.
-Sí me hubiera gustado, pero no hubo tiempo, ambos tenemos que irnos, dijo Kate en tono desanimado.
-Tal vez la próxima vez que nos veamos…
-Sí, tal vez la próxima vez sea posible…